El informe anual de la Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, reclama que se amplíe la presencia de la Guardia Urbana tras dos años de congelación de plantillas, y más medidas sobre vivienda, incluida el control sobre los precios de los alquileres.
Vilà denuncia el aumento de quejas por la falta de respuesta y presencia de la Urbana cuando es requerida, especialmente en casos de ruidos, pero también con discursiones, como un caso de violencia machista en Nou Barris, en el que ni se personaron. El organismo de control municipal afirma que la falta de efectivos de la policía local está provocando «una situación de desatención de la ciudadanía» y reclama la colaboración con los Mossos d’Esquadra.
La Síndica de Greuges llevó a cabo en 2016 un total de 3.344 actuaciones, de las cuales 1.735 fueron consultas y 1.609 quejas. La mayoría están vinculadas a los servicios sociales, a la movilidad y al turismo, ámbito en el que hubo 123 quejas –respecto a las 28 de 2015–, 108 de las cuales por la campaña del Ayuntamiento para que ciudadanos alerten de los pisos turísticos que operan ilegalmente.