El comisionado de Seguretat, Amadeu Recasens, ha ratificado con la presentación del nuevo plan director que reformula el cuerpo de la Guardia Urbana de Barcelona (GUB) sin disolver la unidad de antidisturbios. Pero esta conclusión requiere varios matices.
El primero, tal como ha recordado Recasens, es que el cuerpo municipal había aparcado la función de intervención en orden público “hace un año”. En cuanto el gobierno de Ada Colau llegó al ayuntamiento, la policía municipal recibió la orden de no participar en ninguna acción que incluyera reprimir o contener una manifestación pública, la misión por antonomasia de una unidad antidisturbios.
El segundo es que la tarea de orden público era tan solo una de las que recaían sobre la Unidad de Apoyo Policial (USP). Esta unidad desaparecerá pero no así sus funciones –a excepción de la de actuar en orden público-, que además se verán ampliadas y serán responsabilidad de la nueva Unidad de Refuerzo a la Proximidad y Emergencias (URPE). (…)